NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
(Festividad 12 de Diciembre)


¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?

Las Apariciones de Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, la milagrosa estampación de su Santa Imagen en el humilde ayate de su vidente y su mensaje de amor por nosotros tienen como fin principal anunciar a su amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, a los pueblos que habitaban el "nuevo mundo".

En el Nican Mopohua se puede encontrar la hi
storia completa de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero aquí presentamos un resumen de la misma:

Hace muchos años, los indios aztecas que vivían en el valle de México, no conocían a Jesús. Ellos tenían muchos dioses y eran guerreros. Los misioneros eran unos sacerdotes que vinieron de España y que poco a poco fueron evangelizando a los indios. Les enseñaron a conocer, amar e imitar a Jesús en la religión católica y los bautizaron.

Entre los primeros que se bautizaron, había un indio muy sencillo llamado Juan Diego, quien iba todos los sábados a aprender la religión de Cristo y a la misa del pueblo de Tlatelolco.

+ Primera Aparición. En la madrugada del sábado 9 de Diciembre de 1531 , cuando Juan Diego pasaba por el Cerro del Tepeyac para llegar a Tlatelolco, escuchó el canto de muchas avecillas y una voz que le decía: "Juanito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?". Al voltear Juan Diego vio una Señora muy hermosa.

La Señora le dijo: "Hijo mío, yo soy la perfecta siempre Virgen Santa Mar
ía, la Madre del verdadero Dios y es mi deseo que se me construya un templo en este sitio, para mostrar en él todo mi amor y compasión a todos los que en mi confíen”. Luego la Virgen le dijo a Juan Diego que fuera a ver al Obispo y le contara lo que Ella le había dicho.

+ Segunda Aparición. Aproximadamente a las 5 p.m. del mismo sábado 9, Juan Diego salió de la casa del Obispo muy triste porque no le creyó. Entonces fue al Cerro del Tepeyac a pedirle a la Virgen que mejor mandara a un hombre más importante porque a él no le creían, entonces La Virgen le dijo: "Hijito mío el más pequeño: es indispensable que sea totalmente por tu intervención que se lleve a cabo mi deseo. Mucho te ruego que mañana vayas otra vez a ver al Obispo y le digas que me construya el templo que le pido”.

+ Tercera Aparición. El domingo 10 de diciembre como a las 3 de la tarde, nuevamente en la cumbre, Juan Diego le cuenta a la Santísima Virgen su segunda entrevista con el Obispo y que a pesar de lo que le cuenta aún no le cree y además le manda a pedir a la Señora alguna señal.

La Virgen ordena a Juan Diego que vuelva al cerro al día siguiente para recibir la señal que le dará. Juan Diego no pudo ir al día siguiente al Tepeyac, pues su tío Bernardino se puso muy enfermo y fue por un médico.

+ Cuarta Aparición. El martes 12 de diciembre en la madrugada, ante la gravedad de su tío, Juan Diego sale a México para buscar un sacerdote que confesara a su tío. Salió por camino distinto para no ser encontrado por Nuestra Señora y cumplir la encomienda de su tío, mas sucedió que la Señora del cielo lo atajó y le dijo: "Juanito, Juan Dieguito; Es nada lo que te asusta, no se turbe tu corazón no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá. ¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”.

Luego Nuestra Señora le pidió que subiera a la punta del cerro a cortar unas rosas y las guardara en su ayate. Juan Diego se sorprendió de aquella orden, pues era invierno y no era tiempo de rosas. Sin embargo, obedeció y encontró las rosas tal como la Virgen le había dicho. Se las llevó y Ella le dijo: "Hijo mío, el más pequeño, estas rosas serán la prueba que llevarás al obispo".

+ Quinta Aparición. Al mismo tiempo que se aparece a Juan Diego, se aparece a Juan Bernardino, tío del vidente, en su casa, le cura de sus enfermedades y le dice: “ Irás a ver al Obispo y le contarás lo que has visto, y le dirás que yo, SANTA MARIA DE GUADALUPE, te a sanado".

La estampación en la Tilma. Al mediodía del mismo 12 de diciembre, Juan Diego fue de nuevo a ver al Obispo y le dijo que la Virgen le había mandado la prueba de que Ella era realmente la Santa Madre de Dios.

Al soltar su ayate, las rosas cayeron al suelo y apareció dibujada en la tela la preciosa imagen de la Virgen de Guadalupe. Fue entonces cuando el Obispo creyó que la Virgen quería que le construyeran en ese lugar un templo.

El ayate permaneció un tiempo en la capilla del Obispo Fray Juan de Zumárraga. El 26 de diciembre de 1531 lo trasladaron a una ermita construida al pie del Tepeyac. Hoy se encuentra en la Basílica de Guadalupe donde miles de personas de México y del mundo entero la visitan cada año para pedirle a Nuestra Madre su amor, su protección y su ayuda.

En 1754, Benedicto XIV nombró a al Virgen de Guadalupe patrona de la Nueva España, desde Arizona hasta Costa Rica.

El 12 de octubre de 1895 se llevó a cabo la coronación pontificia de la imagen, concedida por León XIII.

En 1904, San Pío X elevó el santuario de México a la categoría de Basílica y en 1910 proclamó a la Virgen de Guadalupe, Patrona de toda América Latina.

En 1945, Pío XII le dio el título de la Emperatriz de América. El 12 de Octubre de 1976 se inauguró la nueva Basílica de Guadalupe.

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