Juan Pablo II: El camino hacia la honra de los altares


San Pablo (Lunes, 02-05-2011, Gaudium Press) En el día del funeral de Juan Pablo II, un triste 8 de abril de 2005, parte de la multitud de millares de fieles desconsolados en la Plaza de San Pedro proclamó en voz alta: "¡Santo Súbito!" ("¡Santo ya!", en italiano). Era el pedido por el inmediato título de santidad del querido pontífice que partía.

No, la multitud no fue atendida. No literalmente. De hecho, no es posible que nadie sea proclamado inmediatamente "santo" o "beato" sin antes tener su vida debidamente investigada por una serie de especialistas canónicos, atender a determinados requisitos y pasar por un proceso que, según las normas tradicionales de la Congregación para la Causa de los Santos, debe iniciar cinco años después de la muerte del candidato a los honores del altar. Claro, toda regla tiene su excepción.

Y fue exactamente lo que sucedió en el caso de Juan Pablo II. En una iniciativa rara -pero no inédita- el Papa Benedicto XVI suspendió el plazo de cinco años de fallecimiento para dar inicio al proceso que llevaría a la beatificación de hoy y a una posible canonización de su predecesor. Pocos meses después de la muerte de Juan Pablo II, la causa ya comenzaba a andar.

El hecho no es inédito. Ya ocurrió anteriormente, con la Madre Teresa de Calcuta, beatificada en el 2003 en una multitudinaria ceremonia en el Vaticano que reunió más de 300 mil fieles. La devota y religiosa de vida pía y recta, que nació en Macedonia pero abrazó la India como casa, tuvo su proceso de beatificación concluido cuatro años después de su apertura; lo que lo caracteriza como el más célere de la historia.

En el caso de la Madre Teresa, a pedido del entonces Arzobispo de Calcuta, también fue suspendido por el Vaticano el plazo habitual de cinco años para dar inicio a las investigaciones. La Madre Teresa falleció en 1997 y su proceso fue abierto en 1999. Éste fue autorizado y concluido por el mismo Juan Pablo II, que ahora también alcanza los honores de los altares.

Antes de la Madre Teresa y Juan Pablo II, la causa de beatificación más rápida había sido la de Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, beatificado el 17 de mayo de 1992, 17 años después de su muerte, ocurrida el 26 de Junio de 1975.

Trámites del proceso de Juan Pablo II

El proceso de beatificación del ahora beato Juan Pablo II fue anunciado por Benedicto XVI el 13 de mayo del 2005, abierto oficialmente el 28 de junio, solo 61 días después de su muerte, y concluido precisamente en cinco años y seis meses. Mons. Slawomir Oder fue el postulador de la causa de beatificación y ahora el de la canonización.

Son tres las etapas por las cuales debe pasar el candidato a santo -confirmación de las "virtudes heroicas", beatificación y canonización-, y para las dos últimas se necesita de la comprobación de milagros. La causa de Juan Pablo II, como todas las causas de beatificación, inició en el ámbito diocesano. El postulador Mons. Oder reunió documentos primarios sobre las virtudes de Karol Wojtyla, que encaminó a la Congregación para la Causa de los Santos. La Congregación dio entonces el "nihil obstat" (permiso) para iniciar el verdadero proceso de las "virtudes heroicas".

En seguida, el postulador debió reunir toda la información, de testimonios hasta cartas y escritos, para demostrar que el candidato practicaba de forma "heroica" y continuada las virtudes de la fe. Fue lo que hizo Mons. Slawomir, obteniendo un vasto material bibliográfico sobre Juan Pablo II -más tarde, parte de estas informaciones serían condensadas por el postulador en el libro "¿Por qué santo?".

En el 2007, al término de esta fase, Mons. Slawomir entregó al Vaticano la "Positio super virtutibus" (posición sobre las virtudes del candidato). Todo el material, un rico resumen sobre la vida de Juan Pablo II, sería entonces examinado minuciosamente por los consultores teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos.

Al cabo de esta etapa, la causa pasó al juicio de la "sesión ordinaria de los cardenales y obispos", el comité de la Congregación que se encargó de elaborar un documento reconociendo las virtudes heroicas del candidato. Este documento fue entonces remitido para apreciación, y eventual confirmación, del Papa. El 19 de diciembre del 2009, Benedicto XVI firmó el decreto ratificando las "virtudes heroicas" de Juan Pablo II, elevándolo a la categoría de "Venerable" de la Iglesia.

El milagro

A partir de entonces, se pasó a la parte más delicada de la causa, la que involucra la comprobación de por lo menos un milagro para que el candidato pueda ser considerado beato. La Congregación para la Causa de los Santos se vale de la asesoría de un equipo de 70 médicos y varios especialistas, así como de los estudios clínicos a los cuales es sometido el individuo supuestamente curado por un milagro. Una primera aproximación del fenómeno denominado "milagro" es que la cura haya sucedido de forma instantánea, perfecta y duradera e inexplicable científicamente, como la de una enfermedad incurable o muy difícil de tratar.

El milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo II, que después de extensos análisis de la Comisión de la Congregación para la Causa de los Santos y de médicos, certificaron el carácter "científicamente inexplicable" del hecho, fue la cura de la hermana Marie Simon-Pierre, religiosa que como Juan Pablo II sufría del Mal de Parkinson. Ella fue curada en junio del 2005, dos meses después de la muerte del Papa, a quien era devota y rezaba diariamente. La monja pertenece a la Congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas y trabaja en París.

El 4 de enero de este año, la Comisión Médica consultada por el Vaticano aprobó el milagro. En seguida, el Papa Benedicto XVI firmó el decreto confirmándolo. En una audiencia con el Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el Papa aprobó decretos para la causa de diversos religiosos. Entre estos, estaba el milagro atribuido por la intercesión del Papa polaco a la cura de la religiosa francesa que sufría del Mal de Parkinson, la misma enfermedad que Karol Wojtyla combatió durante toda la vida. Así, Juan Pablo II podría pasar de ser "Siervo de Dios" a beato.

El 14 de enero, el Santo Padre anunció la fecha de la ceremonia para el 1º de mayo. En un comunicado vaticano, la elección de la fecha fue justificada por ser el día en que la Iglesia celebra el Domingo de la Divina Misericordia, que siempre fue de profunda devoción para Juan Pablo II.

Y el cierre no podría ser mejor. En la ceremonia de beatificación de ayer, pleno Domingo de la Divina Misericordia, fue la misma Hermana Marie Simon-Pierre quien portó la reliquia con la sangre de Juan Pablo II. Y el papa polaco seguirá rumbo a la canonización...

Gaudium Press / Pedro Ozores Figueiredo

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